Atravesó el parche.
Ese parche que tienen todos los circos, casi siempre con una estrella en
el centro para que el payaso, al romperlo comience la acción. Cuando niño, me
imaginaba que todos los días, cada mañana había un empleado destinado a repararlo. O tal vez el propio
payaso era el encargado.
Pero en esa noche, en la última función, las cosas no iban a seguir el camino normal.
Pero en esa noche, en la última función, las cosas no iban a seguir el camino normal.
Se escuchó el “taraaaaaaa……!” de
la orquesta. Atravesó el parche.
Y ahí mismo de su gigantesco bolsillo de payaso extrajo una pistola y se
pegó un tiro en la cabeza.
Juan B. Gasparini
jbg
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