jueves, 22 de mayo de 2014

Ah, viejo ¿Estabas acá?






_  Ah!, viejo…. ¿Estabas acá?
_  Si. ¿Qué hora es?
_  No se, pero deben ser como las cuatro.
_  Me parece que un poco más.  Creo estar viendo como      una claridad en el horizonte.
Y vos que hacés levantado?    Se puede saber?
_  Nada.  Estaba tan cansado del viaje que cuando me acosté creí dormir hasta el mediodía, pero se ve que el mismo cansancio no me dejó.
_  Carolina?.... y los chicos?
_  Ja!, ésos sí que duermen como troncos!!.... Vi la luz en la escalera y subí.  Y te encuentro aquí, a oscuras, en el mirador.
Ajaaaaá.. y te trajiste hasta el vinito ¿eh?
_  Hay también para vos. Servite.  Acá traje otro vaso.  Vení, sentate.
_  Pensaste en todo.
_  Ahora podés verme, porque todo está iluminado por los edificios,  el alumbrado público…….. Y éstos locales comerciales que hay ahora……. 
………..Y ése dichoso boulevard.
_  Todavía estás con lo mismo?
_  Qué querés que le haga?
_  Como te dije en el viaje: “Mirá que Santa Lucía ya no es como antes”
_  Si,…. ya lo sé.
_  ¿Cuántos años estuviste sin venir?,   ¿mas de 15?

_  Veinte…. Para ser preciso.


                                  Juan B. Gasparini
                                                       jbg

domingo, 4 de mayo de 2014

Atravesó el Parche




          Atravesó el parche.
Ese parche que tienen todos los circos, casi siempre con una estrella en el centro para que el payaso, al romperlo comience la acción. Cuando niño, me imaginaba que todos los días, cada mañana había un empleado  destinado a repararlo. O tal vez el propio payaso era el encargado.
Pero en esa noche, en la última función, las cosas no iban a seguir el camino normal.
Se escuchó el  “taraaaaaaa……!” de la orquesta. Atravesó el parche.

Y ahí mismo de su gigantesco bolsillo de payaso extrajo una pistola y se pegó un tiro en la cabeza.




Juan B. Gasparini
jbg